Has visto cuanto tiempo llevas en nuestras vidas...

Lilypie First Birthday tickers

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mi vida contigo: 1 año de tu primera fotografía


Esta fue la primera vez que te vimos. 
Un día como hoy hace un año iba corriendo de camino al hospital, perdí el autobus y papá nos esperaba en el hospital. Llevaba 2 semanas en un nuevo trabajo que al final no resultó como esperabamos.

Llegué en punto, creo que serían las 12 y media de la mañana y los nervios me podían. Necesitaba saber que estabas bien.

Nos llamaron a la consulta. Le expliqué a la ecógrafa que me derivaron tarde a tocología, me tranquilizó (por fin, una persona que no metía más estres, nervios y miedo), me dijo que no pasaba nada.
Me tumbé en aquella camilla, estaba muy nerviosa y tu te movías para todos los lados, como no, despues de la carrera que había hecho para llegar allí.

Me pusieron el sonido de tu latido. Impresionante. No pude llorar, eran tantas emociones, creo que estaba colapsada por tantos sentimentos. 

Papá pasó al rato y le enseñaron lo pequeñita que era. Tan sólo 15 semanas.

Por aquel entonces eramos jóvenes, irresponsables y papá tenía problemas laborales. Hay quien a día de hoy repite que no era un buen momento.

Pero para mí ha sido el mejor, sin duda alguna. ¿En que supuesto momento debías haber nacido? 
Desde el día que escuché tu corazoncito me sincronicé contigo, empecé a sentirte de verdad, empezaste a ser parte de mí completamente.
Ese momento separó mi vida en dos partes: sin ti y contigo.

Por supuesto me quedo con esta última.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Semana intermitente

Parecía que no iba a llegar nunca el fin de semana.
Pero sí, llegó y pronto se acabó, como de costumbre.

Ha pasado más de un mes de mi reincorporación al mundo laboral, y lo llevamos, que voy a decir. Otros lo tienen peor. Nos hemos adaptado enseguida a movernos los tres al unísono por las mañanas, al permiso de lactancia, a las compras el sábado, a no conectar el despertador ni sabado ni domingo.

Esta semana se ha hecho especialmente larga, ambos hemos trabajado salvo los festivos y no veía la hora en que llegara el sabado para poder disfrutar de la casa y de mis dos tesoros.

A pesar de todo, tengo muchas pensamientos en el tintero, que necesito expresar. No sé si callar o hablar.
Veo que se acercan las fechas navideñas y ufff...contengo la respiración e intento evitar hablar de ello porque a pesar de que todo el mundo me dice que ahora que está mi hija debemos celebrarlo, etc; yo no tengo ninguna gana. No, despues de la experiencia del año pasado; porque me viene a la mente todo lo que sucedió despues.

Porque si para otros no era un buen momento, para mí, este tampoco lo es para otras cosas.
Que cansada estoy de algunos comentarios.....

Espero que pasen pronto estos días.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El regreso al trabajo



El día 2 de noviembre volví al trabajo despues de solapar la baja maternal y mis preciadas vacaciones.
Durante mi ausencia contrataron a una becaria, eso sí, 3 semanas antes de dar a luz.  Vamos, con un anticipación bárbara.

Esas 3 últimas semanas en lugar de disfrutar del final del embarazo hice más nervios que de costumbre y es que esa manía mía de estar al pie del cañón algún día me jugara una mala pasada.
Creo que tanto estres y tantos acontecimientos durante el último mes provocaron el nacimiento antes de hora, de lo cual me alegro, no me hubiera imaginado salir de cuentas, con la incertidumbre, la pesadez de la familia "y para cuando" o "pero aun no", etc.

Eso sí, me deje todo ordenado, atado y bien atado, vamos que siguiendo el mismo horario que yo se podía sacar parte del trabajo o por lo menos lo más importante.

Cual fue mi sorpresa cuando me llamaron a mitad del mes de septiembre porque habían tenido problemas y me pidieron si podía acudir al día siguiente. Me presenté con mi hija para que la conocieran. Estuvimos hablando sobre la reincoporación (horarios, permiso de lactancia, etc).
Me dijeron que la incidencia que habían tenido se había solucionado, que no hacía falta que hiciera nada. Me tomé el mes de octubre integro de vacaciones y me tocaba volver el tras el puente de noviembre.

Llevo 10 días recuperando el trabajo que se debía haber realizado en los 4 meses anteriores. Me siento bastante desbordada, tanto que ayer me tuve que echar a la cama casi sin cenar por puro cansancio. Gracias que hoy me he levantado como una rosa, con unas ganas tremendas de hacer cosas (normal siendo que me había pedido el día libre) tanto que no me ha cundido mucho (visita pediatrica con vacuna incluida, compras, lavadoras y juegos en el sofa).

Como ya comenté tengo una horita en medio de la jornada y puedo darle el pecho a la niña durante ese tiempo, así que por lo menos tengo  un rato de esparcimiento.

Tambien propuse a la empresa la posibilidad de trabajar desde casa, les dije que lo valoraran pero desde principios de octubre no me han contestado nada al respecto, con lo cual lo doy por perdido. Espero que se arregle esta crisis o que me salga algo mejor porque aunque tengo facilidades en cuanto al horario, etc, me siento explotada y bastante insatisfecha en el trabajo. Me gusta trabajar y me gustaba mi trabajo, aunque no tuviera que ver con mi formación, a pesar de lo mal pagado que está. En eso he salido a mi padre, no sé estar sin trabajar.

Pero últimamente y más por la llegada de mi hija, no le encuentro sentido a la vida que llevamos y menos al trabajo que realizo, muchas veces pienso que no sirve de nada que de más de mí. Sé que todo el mundo pasa por esto, mis padres pasaron por esto y me imagino lo duro que debió de ser para ellos, pero creo que es hora de que cambiemos cosas, es el momento de que nosotros, los que movemos este país, porque ni los bancos ni los ricos estarían aquí si no fuera por gente normal como nosotros.

Me gusta trabajar pero tambien me gusta mi hija y no sé bien donde está el punto medio, porque por más que intente compatibilizar ambas facetas estoy llegando al cansancio absoluto y me temo que si no me he quemado ya, estoy por carbonizarme... Y a esto le llaman prevención de riesgos laborales....

Bendito Burn-Out

5 meses y comienzo de AC


Hoy hemos tenido visita con el pediatra, mi pequeña ya pesa 6,660 kg, nuestros brazos y espaldas se empiezan a fatigar.
Hoy me he sentido como si la que tuviera 5 meses fuera yo. Me explico.

Hemos empezado a hablar en la consulta de la pediatra sobre la AC (Alimentación complementaria). Vamos para mi madre, los purés y papillas... Buff, y es que me la veo venir.
Y lo sé porque a mí me ha tocado vivirlo y ahora soy una persona que como comensal como casi de todo.

El "casi" podría agradecerselo a la costumbre de forzar a comer, a los tipicos comentarios de "esta-niña-tiene-hambre". Y luego nos sorprenden con noticias sobre la obesidad infantil.
Yo sinceramente no sé que hacían nuestras abuelas y bisabuelas sin la termomix, batidoras, sin el calientabiberones.

Hoy me he visto reconocida en mi hija, ahora entiendo muchas cosas, mis necesidades afectivas, la estigmatización a la que someten los malos-comedores...
Y eso que Elisa es buena para todo, duerme de maravilla desde que nació, (yo no conozco lo que es pasar la noche en vela), la lactancia materna va de maravilla, sonríe a todas horas, yo siempre la veo feliz y si llora aunque no tenga hambre tiene el pecho y en extensión a mí.
Pero me temo las comparaciones tipo: "Tú eras muy mala comedora"; "Pues el hijo de  XXX se lo come todo"; "Esta va a ser como tú".

Hace tiempo que he consultado sobre lo que ahora llaman "Baby-Led Weaning". Al fin y al cabo, la única conclusión que saco es que lo único que puedo hacer es criar a mi hija con sentido común, sin manual de instrucciones, sin consejos de nadie.

Que por cierto, a esto de los consejos, hoy mi pediatra ha aportado un dato que nadie hasta ahora había apuntado, "Elisa, no te preocupes que si babeas no es porque te vaya a salir un diente", jjjj; despues de 3 meses oyendo el mismo comentario he salido de la consulta con esa sonrisa que se te pone cuando sabías que llevabas razón y todo el mundo se equivocaba.

Ya lo siento, pero es que estoy de los comentarios sin sentido, que creo que tendré que hacer una entrada especial, buf se me acumula el trabajo.

En fin, a lo que voy, me estoy temiendo la conducta de mi progenitora. A base de purés y cuchara en mano cual vaquero del oeste. Yo no soy partidaria de obligar a un bebé a comer. En general a obligar a nadie a hacer nada. Me parece violento meterle la cuchara a la fuerza y hacerle pasar un mal rato.

Ante todo creo que los padres estamos para respetar a nuestros hijos. Se empieza por la cuchara a traición y se acaba por...cosas peores.

Quizas la relación con la comida y yo es un trauma no resuelto, puede ser.

martes, 8 de noviembre de 2011

Lactancia y trabajo



Hacía días que necesitaba pasar por aquí.

Son tantas las cosas que necesito contar que no sé por donde empezar. Pero a raíz de un comentario de Paris en el anterior post, me decido por empezar sobre mi vuelta al trabajo y en cómo estoy llevando esta "separación".

Desde el momento en que nació Elisa han sido 3-4 veces contadas las que he permanecido menos de 1 hora lejos de ella. El miercoles pasado me incorporé a mi puesto. Cuánto me echaban de menos (de esto prefiero hablar más adelante porque le quiero dedicar una entrada Especial, porque lo merece, jjjj)

Así que la semana pasada después de dos días con nervios volví a sentarme en la mesa que antes ocupaba. El primer día fue bien, pero el segundo empezaron a volver los detalles de los días de embarazada y más de las últimas semanas, del estrés, de los malos momentos vividos y cuando salí llevaba un nudo metido pero bien metido, jolines.

Había preparado durante la semana anterior una remesa de botes con leche en el congelador, es verdad que lo dejé para el último momento y es que todavía no había asimilado que debía prepararme para ello. Por eso, la última semana parecía una auténtica Sra Vaca todo el día con el extractor por casa.

De modo que el miercoles me presenté a las 8 menos 20, como siempre hiperpuntual. Cual fue mi sorpresa cuando me enteré que habían creado un office una planta más arriba que mi oficina y me pensé que sería el mejor lugar para darle el pecho a mi pequeña.


Todavía no he contado que decidí acogerme a la horita de lactancia, mi hora de la felicidad. En mitad de la jornada mi mami me trae a la niña y ahí las tres pasamos un buen rato, con cambio de pañal en los lavabos y paseos entre planta y planta incluidos.

Aunque le he dejado a mi madre leche que me extraigo los fines de semana y algún día alterno por las mañanas, mi hija no da muchas posibilidades en cuanto al biberón, cuchara, etc. Por lo menos sólo pasan 4 horas hasta que vuelvo a casa, la entretienen e intentan darle algo de mi leche, pero en cuanto llego a casa se pega a la teta que ni la suelta.

De momento lo llevamos bien. Creo que ha sido una buena decisión el pasar con ella ese rato a mitad de mañana para que no sea tan traumático. Muchos me recomendaron que porqué no acumular las horas, pues, ahora mismo tendría que volver dentro de 1 semana y media y me sentiría todavía peor.

Toca hora del baño, mi princesa me requiere.

lunes, 31 de octubre de 2011

Tres, dos, uno...Fuego


Se me acabó la "buena-vida". Mi último día de vacaciones ha llegado.
Simplemente con pensar que es 31 de octubre se me revolvió el cuerpo nada más levantarme de la cama.
No puede ser que haya llegado tan rápido.

Todavía no estoy mentalizada, he ido dejando por hacer cosas hasta el último momento.
No me puedo quitar la sensación de estar con las manos atadas, como si no tuviera el control, tal vez estoy algo desbordada.

Voy a volver a tener el mismo horario, jornada mañanera intensiva. Todavía no sé cómo haré para comer, si llevarme comida en el tupper, que lo odio, o esperar com hasta ahora a comer a las 4 de la tarde y hacer minialmuerzos a lo largo de la jornada.
Eso sí, tengo mi hora de lactancia a mitad de jornada, mi pequeña estará conmigo ese ratito y mi madre sólo tendrá que ocuparse de la toma entre las 12 y las 4 de la tarde... a ver cómo lo pasa porque hace 1 mes empezamos a probar con el bibe (calma de Medela y otros bibes con tetina normal)y no hay manera así que compramos una cucharita dispensadora de Imaginarium para casos de necesidad extrema.

Teniendo en cuenta el fin de semana que he llevado (discusión político-familiar incluida) no me encuentro a mí misma. Todo el mundo me dice que es lo que pasa al principio pero...

Además tengo incertidumbre con el trabajo. Solicité que valorarán el teletrabajo pero no cuento con una aprobación así que mientras mi pareja no consiga algo más seguro me tocará aguantar.

Ya veremos cómo me despierto el miercoles...mientras tanto no hago más que darle besos a mi princesa.

Feliz puente

miércoles, 26 de octubre de 2011

¿Se puede disfrutar del parto?

Hace unas semanas conté cómo había sido para mí la experiencia más maravillosa que he vivido hasta ahora: el nacimiento de Elisa. Hoy quiero compartir, a raíz del siguiente post: Parir con placer , mi opinión.

Yo que ni siquiera fui a las clases de preparación al parto, me había empapado varios libros sobre embarazo, parto, postparto, etc y decenas de testimonios en blogs, foros.
Estaba asustada por la temida cesárea, creo que era lo único que me imponía. Tenía plena confianza en que mi cuerpo sabría qué hacer y cómo cuando llegara el momento y no me equivoqué.

Una vez pasados los primeros días y reviviendo todos los momentos junto a mi pareja, le confesé que realmente me había sentido bien durante el parto, a pesar de las contracciones, creí en mí misma, me concentré y creo que incluso cuando llegó la última fase, lo disfruté.

Fue como una explosión de felicidad, cómo cuando acabas extasiada despues de un ejercicio intenso.

¿Se puede sentir el parto como algo placentero?


martes, 25 de octubre de 2011

Y van 25....



Este es el detalle que mi chico me ha traido a la hora de la comida. (Esta y otras más acompañadas de una nota) Y es que hoy me caen nada más que 25 años.
La verdad despues del año tan intenso que hemos tenido me siento como si hubieran pasado por mí 10 años condensados.
Me recuerdo a mí misma por estas fechas hace 1 año y todo lo que se nos vino encima y de verdad me asusto.
Han sido muchas cosas en estos 25 años, junto a mi familia, tambien en estos 7 años como pareja, en estos ultimos 14 meses de convivencia y sobre todo, no menos importante, los 4 meses y medio como madre de la criatura más hermosa que he visto en mi vida (por supuesto que hablo ya como una verdadera mamá).

Hay una cosa que me ha encantado esta mañana y ha sido ver la cara de Elisa mirandome. Casi queriendome decir Felicidades mami!!!!

Ojala todos los 25 de octubre sigan siendo tan bonitos. Nada que comparar al del año pasado.

jueves, 20 de octubre de 2011

Tu mirada

Lo primero que me llamaron la atención fueron tus ojos. Y qué ganas de verlos!
Era la una de la mañana y viste la luz en esa calurosa noche de junio. Emitiste un leve sonido para decirnos: Ya he llegadoooo...
Y me miraste, me cogiste el meñique con fuerza y me seguías mirando. Tal vez con ganas de contarme lo bien que te lo pasaste estando dentro de mamá.

La primera hora que estuvimos juntas no hacías otra cosa más que mirarme. Unos ojos tan abiertos.

Poco a poco empezaste a seguirnos con la mirada, a prestar atención a los objetos, a los colores. Y tus ojos siguen siendo tan preciosos. Cuando sonríes lo haces tambien con la mirada.
Eres observadora como yo, desde que naciste.

Y ver en tus ojos la felicidad es maravilloso.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Ansiedad y embarazo

Es cierto que llevo semanas removiendo el pasado. Cuando tienes tantos sentimientos acumulados y contenidos es normal que pierdas los papeles en más de una ocasión.
Durante el embarazo experimenté en muchos momentos que había llegado al límite por estrés. Siempre me he considerado una persona de extremos. No tengo punto medio.

Recuerdo que durante 9 meses tuve la sensación de estar a punto de estallar, no por el propio embarazo sino por los problemas que se fueron sucediendo.
Ni aún cuando di a luz, me sentí liberada sino todo lo contrario, era feliz, increíblemente feliz, pero en el fondo estaba en el final del trayecto.

La sorpresa por nuestra feliz noticia no tuvo el resultado esperado en ciertas personas. Cosa que todavía lamento. Aunque lo que más me sigue doliendo es lo que sucedió meses despúes.
Ya en la primera cita médica (a la cual me derivaron tarde por un error administrativo) me hicieron sentir como si lo estuviera haciendo todo mal. Y yo que culpa tenía.
A eso se sumó la inestabilidad laboral que ha tenido mi pareja a lo largo de este año.

Gracias que las personas en que confío me dieron fuerzas para poder seguir adelante, no sé que habría hecho sin ellas.

Pasaron los meses y fueron muchos comentarios que tuve que aguantar: que eramos unos irresponsables, que debíamos haber hecho las cosas de otro modo (en relación a que no estabamos casados), que no ibamos a tener dinero para comprar una cuna al bebé... Recuerdo incluso la hora, el día y el lugar.

Pero lo que menos me esperaba es que mi pareja sufriría tanto en los últimos dos meses a raíz de las discusiones que tuvo en su ámbito familiar. Tanto que fueron varias las visitas médicas a las que le acompañé. Yo embarazada de 7 meses esperando en urgencias hasta las 3 de la mañana. Esto es algo que no voy a olvidar nunca. Nadie tiene derecho a hundirte en el mejor momento de tu vida.

Finalmente nació Elisa y mi chico se llenó de ilusión y felicidad. Todo este recorrido había sido tan duro y difícil que su nacimiento compensó cualquier cosa.

Desde entonces arrastró ese sentimiento que cada vez va siendo menor pero que en el fondo ha marcado la etapa más importante de nuestras vidas y por más que lo intentó creo que el nudo en el estómago va a ser difícil de soltar.

lunes, 17 de octubre de 2011

Sobre las visitas post-parto

Durante el embarazo y sobre todo, en las últimas semanas pensaba en cómo sería los días posteriores al parto.
Me preocupaba que no se respetara mi decisión de restringir las visitas. Cuando me preguntaban sobre el tema, no me cortaba y expresaba abiertamente que me gustaría dejar las visitas para las semanas posteriores, ya en casa, con tranquilidad, sin agobios.

No tenía ganas de recibir visitas por si me encontrara mal y tambien porque prefería no tener que aguantar en esa situación a ciertas personas (algo que no pude evitar).

Finalmente todo salió tan bien y desde las primeras horas me sentía con toda la energía del mundo, aunque tampoco estaba como para hacer el pino-puente.
Me sentía infinitamente feliz, creo que en mi vida, me habí sentido tan plena.
Tener a mi niña al lado, a pesar de haber dormido unas 4 horas...

Me quedé sola las 3 noches que pase ingresada, quería enfrentarme sola a esa experiencia, aunque reconozco que hubiera pagado por irme a casa con mi chico que era lo único que necesitaba.

Como me sentía tan bien, no me importó que familiares y amigos se acercaran a conocer a Elisa. Es más, casi ninguno le hizo el book que tuvo que soportar mi compañera de habitación con su hija. Con flash incluido.
Eso sí, me tuve que tragar 2 insufribles noches con ronquidos incluidos gracias a la compañía que tuve en la habitación, en fin... un desastre. Imaginaros las ganas que tenía de irme a mi casa.

Eso sí, si no me hubiera encontrado bien hubiera mandado a todo el mundo a freir churros.

Me dieron de alta el viernes y que ganas de llegar a casa, no veía la hora de salir de allí.
Ese sábado vinieron unos amigos y familiares y el domingo y durante el resto de la semana siguiente indicamos que no queriamos recibir visitas. Mi pareja trabajaba desde las 5 de la mañana y quería que descansara en condiciones.

Sé que hay gente que no entiende el porqué de restringir las visitas pero una vez que pasa por ello, te das cuenta que la nueva familia necesita su espacio y su tiempo. Es mejor que los nuevos padres tengan este tiempo para estar solos con su bebe sin intromisiones.

domingo, 16 de octubre de 2011

¿Insoportable?

Habrá quién piense que me he vuelto insoportable. Todo lo contrario, creo que soy bastante paciente y demasiado conformada. Es más, prefiero mil veces callarme que iniciar un conflicto.

Lo que sucede es que llega un momento en la vida en la que el límite de la estupidez humana supera mi paciencia. Y eso que hoy escribo teniendo un día de lo más monótono.
Creo que esto es una manera de poder liberar todos aquellos pensamientos (diganse mordeduras de lengua) que me producen cierta urticaria mental.

Siempre he sido una persona bastante discreta y con pocas ganas de llamar la atención del mundo. Antes de nacer Elisa pensaba en cómo serían las cosas, y también en cómo asumiría las intromisiones en nuestros deberes y decisiones como padres.

Estando embarazada no me importaba si la gente me tocaba la tripita, ya que en este aspecto la gente de mi entorno ha sido bastante respetuosa. En eso, soy una persona , digamos, de pocos afectos de cara al público, me gusta mucho las señoras Privacidad e Intimidad. Sin embargo, en mi casa soy bastante besucona.

Pensaba en los días que iba a pasar en el hospital y me preocupaba más las visitas y la propia estancia que el parto. Sabía que no se iba a respetar mis necesidades y ante todo las de mi bebé. De esto ya hablaremos en otra ocasión.

No es que por tener hijos te cambie el caracter, porque yo siempre he sido así, pero da la sensación que a la gente le ofende que necesites descanso, intimidad, tranquilidad. Sé que muchos no lo hacen con mala intención, pero si a mí me pidieran espacio, yo lo comprendería y lo aceptaría sin inconvenientes.

Acepto cualquier consejo siempre y cuando no se trate de una crítica malintencionada (que tambien las hay, como en todo). Acepto escuchar todos los mitos sobre la lactancia (que no son pocos), todos los metodos de crianza, etc. Pero lo que no acepto es que se me impongan cosas ni que se tomen decisiones que solo me competen a mí.

Sin duda alguna, soy una insoportable, antisocial, si lo quieres llamar así, me importan poco los calificativos, he oido tantos... Solo un consejo, no sigas nunca las pautas que otros te den per se, cuestiona todo, investiga, piensa, nadie puede decidir por ti, y cuando lo tengas claro, olvida lo que te he dicho.

sábado, 15 de octubre de 2011

4 meses

El 15 de cada mes no hago más que recordar las horas previas a tu nacimiento. Vuelven a mi cabeza todo lo vivido hasta entonces.



A dos semanas de volver al trabajo no puedo creer que este tiempo se haya pasado tan rápido. Cuatro maravillosos meses, a pesar de todas las dificultades que nos han tocado.


Te veo sonreir día a día, como te sostienes en nuestros brazos, como sujetas tu cabecita, como creces cada día. Y verte sonreir es lo mejor que me ha pasado, tenerte en mis brazos, ver como papá y tú os mirais.
Todavía no estoy mentalizada para dejarte por las mañanas e irme al trabajo.
Me gustaría poder clonarme para estar en los dos sitios a la vez. Menos mal que por la tarde podré estar a tu lado pero no quiero pensar en eso todavía.

jueves, 6 de octubre de 2011

Conciliación Real Ya, Unete

En estos días de comienzo del otoño, está surgiendo en nuestro país un movimiento en torno a la conciliación familiar y laboral.

La crisis económica provoca miedo y ansiedad en las personas, pocas, que aún conservan su puesto de trabajo. La necesidad hace que tanto hombres como mujeres, tengan o no tengan hijos a su cargo, se vean en la obligación de trabajar sí o sí. Los hijos han quedado en un segundo plano sufriendo consecuencias como estrés, angustia y una obligada maduración precoz quieran o no. Abuelos exhaustos o guarderías a tiempo completo son las alternativas a un padre o una madre.

Cansados y hastiados de escuchar bonitas palabras en boca de políticos, empresarios y sindicatos,  algunas de las voces más seguidas y destacadas en la blogosfera maternal y paternal han iniciado en las redes sociales, el grupo Conciliación Real Ya, una plataforma para impulsar un cambio de paradigma en la crianza, una educación presente, consciente y respetuosa con nuestros hijos.
Queremos cambiar mentalidades respecto a la Conciliación familiar y laboral.
Conciliación Real Ya, nace de las inquietudes de un grupo de mamás y papás blogueros, que no se conforman con las medidas de conciliación de la vida laboral y familiar que hay en la actualidad y el modo de aplicarlas por algunas empresas. También se han unido a nosotros personas que no son padres o que lo quieren ser algún día y no ven un horizonte demasiado favorecedor.

Queremos criar a nuestros hijos, no que nos los críen, y queremos tener las mismas oportunidades laborales que los demás, demostrando que ambas cosas pueden ser total y eficazmente compatibles. Queremos cambiar mentalidades de empresarios, trabajadores y de la sociedad en general en pro de que la conciliación sea una realidad para hombres y mujeres. ¿Nos ayudas?

Invito a difundir, participar y animar este movimiento, como paso imprescindible para aspirar a una sociedad más solidaria  y responsable, que solo vendrá dada si empezamos a criar a nuestros hijos desde un lugar de mayor presencia, consciencia y responsabilidad.

Puedes unirte al grupo o dar un “Me gusta” a la Página de Facebook , o bien seguirnos por Twitter.
Facebook: http://www.facebook.com/ConciliacionRealYa
Grupo Facebook: http://www.facebook.com/groups/conciliacionrealya/
Twitter: @Conciliacion_RY

miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Nuestros hijos molestan? Conciliación Real Ya

Hace casi 4 meses que nació mi hija. En estos 4 meses mi manera de ver la vida se traduce en mirar a mi hija a los ojos y ver a través de los suyos.

Hasta ahora había sido imperceptible para mí las barreras arquitectónicas, los cambiadores de los centros comerciales, etc... Ahora se acerca el momento de volver al trabajo y me da pánico, porque veo cada vez más cerca el momento de dejar a Elisa sin mi presencia.

Últimamente me da la sensación que los bebés molestan. A ver señores, son bebes, niños. Tienen necesidades más que cualquiera de nosotros.

Me sorprende seriamente como un Sr Ministro de Trabajo es capaz de decir que los niños DEBEN estar institucionalizados desde su nacimiento. No voy a entrar en los "beneficios" que podian derivarse.
No tenemos suficientes con que se medicalice su nacimiento, se instrumentalice el parto y se nos prive a nosotras las que PARIMOS y nuestros bebes de los derechos básicos. ¿De que sirve hablar de la estrategia para normalizar el parto? Ya no hablemos de lactancia materna y colecho, que tome nota nuestra Sra Ministra de Sanidad, Igualdad, etc...

Por último y no menos importante, la palabra CONCILIACION.

Podría dar mil razones de porque apoyo esta inciativa: Porque no quiero que mi hija viva lo mismo que yo, no quiero que viva separada de sus padres, porque creo que el ambito laboral y el familiar deberian estar unidos, porque es nuestro deber y debemos dar ejemplo a las nuevas generaciones.

En mi caso, todavía me queda 1 mes para disfrutar de mi pequeña. No pido CONCILIACION por mí, sino por ella. Porque a pesar de que yo la necesite, ella me necesita igualmente a mí y me siento en la obligación de defender sus derechos.

Todos aquellos que querais uniros a esta revolución:    Conciliación Real Ya

domingo, 25 de septiembre de 2011

De como se recupera la confianza



Es dificil hablar desde la distancia cuando el daño todavia está latente.
Hoy ha sido un día un tanto extraño, ayer me acosté con el cuerpo enrabietado (ya se sabe que cuando se junta la familia a veces saltan chispas), pero, a pesar de haberme levantado con el cuerpo dolorido despues de dormir en una cama distinta y despertar varias veces para comprobar que la peque dormía como una reina, he dejado mi malestar por la noche anterior en la taza de café (vamos, como de costumbre).

Pero hoy al llegar a casa veo como mi pareja vuelve sobre sus pasos. Es cierto que como padre es más de lo que esperaba, pero como pareja a veces me desconcierta.
Hace tiempo que ha reconocido todos los errores que se han sucedido desde que nos vinimos a esta casa y más desde que me quedé embarazada.

Muchas veces, sigo sintiendome sola, y sentir es distinto que estar. Sigo sintiendome tan lejos de él. Creo que nunca olvidaré todo lo que ha pasado este último año, no para mal sino para evitar volver a repetirlo.

Creo que algún día volveremos a ser lo que fuimos, es cuestión de tiempo y paciencia, (como todo en esta vida)

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mientras ella duerme, mamá piensa

Me quedan pocas semanas para engancharme de nuevo al trabajo. Tan pronto han pasado los meses, tanto que mi niña ya tiene 3 meses.

Cada vez que duerme, yo no hago más que darle trabajo a la mente. Recuerdo esa primera noche, nada más salir del cascarón, tan pequeña, tan frágil. Recuerdo no haber llorado cuando nació, pero sí  recuerdo cuando esa noche me quedé sola en la habitación con ella y no podía parar de mirarla. Estaba dormida, era tan preciosa, no deje de mirarla hasta que a las 5 de la mañana me venció el sueño.

Lloré al pensar en todo lo que nos había sucedido durante los ultimos meses y es que el embarazo debería haber sido un momento especial y maravilloso y se convirtió en una etapa llena de conflictos y desencuentros.

No dejo de pensar en las cosas que me perdí, sobre todo, porque mi mente estaba puesta en muchas ocasiones en otro sitio.

martes, 6 de septiembre de 2011

Epidural ¿Sí o No?



Cuando estás embarazada y más en las últimas semanas, mucha gente te pregunta como te encuentras de cara al momento del parto. Sí estás nerviosa o no, creo que todas nos sentimos ansiosas por ver a nuestro bebé, aunque yo no sentía más que un inquietud por cómo saldrían las cosas.
Si prefieres Epidural o no. Esto lo tenía muy claro. Había leído mucho sobre la epidural y ademas había recibido las opiniones de muchos conocidos.

No sabía como me iba a sentir en el parto, pero en un principio quería probarme a mí misma, saber si era capaz o no de soportar las contracciones sin anestesia, quería sentir en todo momento el proceso.
Soy una persona que tolero bastante bien el dolor físico. Tambien he de decir que no hice clases de preparación al parto, si hubiera podido las habría dado gustosamente, creo que me habría ayudado mucho relacionarme con otras madres.

De todas formas, en el momento del parto tuve dudas, no sabía que iba a suceder después ni como me iba a sentir. Reconozco que no tuve la confianza en mí misma y dudé. Dudé tan rapidamente que en cuanto me dejaron la hoja de consentimiento y pasaron unos 10-15 minutos, me dije a mí misma: "Firma donde sea necesario".
Seguramente si no hubiera estado sola y mi pareja hubiera entrado conmigo y me hubiera seguido masajeando como antes de llegar al hospital no habría tomado esa decisión.

La epidural no me hizo apenas efecto, el dolor se derivó hacia el lado izquierdo y lo soporté a base de concentración y respiración.

lunes, 29 de agosto de 2011

Y entonces llegó ella



Os pongo en antecedentes: tengo 24 años, ha sido mi primer embarazo, sin complicaciones físicas pero con una gran carga emocional dado que el momento en el que me quedé embarazada mi situación familiar cambió radicalmente, mi pareja se quedó en el paro y tuvo muchos problemas laborales a la vez que familiares. Ademas teniamos la incertidumbre de saber si era un niño o una niña porque no habiamos querido saber el sexo del bebe. Mi fecha probable de parto era el 22 de junio.

Era la 1 de la madrugada del martes 14 de junio. Era mi segunda noche que podía dormir libremente. El viernes pasado había sido mi ultimo día de trabajo, aunque este apartado es una historia aparte.
Mi novio se levantaba a las 4 y media de la mañana, yo llevaba 4 horas sin dormir levantandome cada hora al baño y con dolores lumbares y con la tripa durisima.
Eran las 5 de la mañana y por fin consegui dormir casi hasta las 8 y media. Ese día tenía que presentar en la mutua los papeles para la tramitación de la suspensión por riesgo. Quedé con mi madre para que me acompañara a entregar los papeles ya que no me sentía muy bien.
Durante ese rato hasta la 1 del mediodia no volví a tener más contracciones.

Llegue a casa y comimos. Serían las 4 de la tarde cuando me tumbé en el sofa para intentar dormir un rato pero a la media hora empecé a notar contracciones y ese dolor lumbar en la parte derecha, le pedí a Jorge que me masajeara la zona lumbar para aliviarme. Estuvimos así hasta las 6 y media de la tarde, cada vez que me venía una contracción, él me aliviaba.
Para seguir activa hicimos limpieza de papeles para tener organizada la documentación que necesitariamos para inscribir al bebe. Y recordé que quedaba colada por planchar, así que me puse a ello.

Serían las 8 de la tarde cuando nos hizo una visita un amigo y yo ya estaba con dolores regulares pero todavía no eran contracciones cada 5 minutos y pensaba que serían contracciones de preparacion al parto. Cuando nos dispusimos a hacer la cena serían las 9 y media y ya las contracciones llegaban a los 5-6 minutos y mi chico me insistió en ir al hospital. Yo le decía que se me pasaba, que para que ibamos a ir si nos dirían que nos fueramos a casa.

Finalmente le hice caso y nos vestimos sin coger nada mas que el bolso y la documentacion del embarazo y cogimos un taxi.
Llegamos al hospital Miguel Servet de Zaragoza a las 22.15 de la noche. Estuvimos unos 15- 20 minutos en la sala de espera y las contracciones cada vez eran mas seguidas. Nos hicieron pasar, les expliqué lo que me sucedía y me hicieron una exploración y me dijeron que estaba de unos 4-5 cm.

Mi novio se quedó en la sala de espera y yo pasé a la sala de dilatación. Me dejaron el camisón azul y metí mi ropa en la bolsa, y por inercia me santigüé, algo que no habia hecho nunca.
Me tumbé en la camilla, me pusieron una vía, no me dijeron que me inyectaban, me rompieron la bolsa y me tomaron la tensión, tenía 14/8.
Me dieron la hoja de consentimiento de la epidural, me dijeron que si quería pensarmelo mientras que me lo leyera. Desde un principio era partidaria de no ponerme la epidural pero en ese momento pensé que no iba a poder soportar aquel dolor, así que pasaron 5 minutos y me dije a mi misma firma donde haga falta.

He de decir que no había hecho clases de preparacion al parto. Vino una mujer que se presentó como Marta, estuvo conmigo desde entonces. Firmé el papel de la epidural, al rato vino la anestesista y como pude aguanté la posición para que me pusiera la epidural.

Notaba como un liquido refrigerante en mi columna, nada de sensación de adormecimiento en las piernas. Me dijeron que en 15- 20 minutos me haría efecto y harían pasar a mi acompañante.
En ese rato las contracciones se hacían más fuertes y el dolor se derivó a la parte izquierda.
Seguía sin sentir mejoría y ya estaba de 7-8 cm, el cuello casi borrado. Sentía ganas de llorar porque Jorge no estaba alli, masajeandome como hasta ese momento habia hecho. Pero aguanté las contracciones a base de respirar profundamente.

Volvió a entrar Marta y le dije que seguía igual, que tenía mucha presión y que tenía ganas de empujar, me exploró y nos fuimos al paritorio. En ese momento pedí si podía entrar mi pareja.
Me dijeron que intentara aguantarme empujar hasta que llegaramos al paritorio, no sé como pude contenerme pero lo hicé. Creo que las ganas de que saliera todo bien y de ayudar a mi hija a nacer, hicieron que pudiera controlar la situación.

Cuando ya llegamos al paritorio me ayudaron a subir al potro y creo que no pasaron más de 10-15 minutos empujando. Creo que Jorge entró a 1 minuto de nacer Elisa, vi que entraba justo en el ultimo empujón. Volvería a repetir esa sensación las veces que hiciera falta. Sentir como salía de mi cuerpo ha sido la experiencia más bonita que he tenido. Creo que nunca empuje con tanta fuerza como en ese momento. Desde mi experiencia no entiendo como hay mujeres que se pierden sentir algo así, reconozco que es doloroso pero yo no había sentido nada igual antes y a pesar del dolor sentir el cuerpo de tu bebe atravesar el tuyo es impresionante.

Le dieron a Jorge al bebé en sus brazos despues de limpiarle las vias respiratorias, a penas lloró, estaba tan despierta. Y a los minutos me la pusieron encima y me agarró inmediatamente el dedo.
En ese momento hoy que decían que había sido una niña.

Marta me extrajó la placenta y me quedé vacía, con el vientre más plano que antes del embarazo. Me cosió la eipisiotomía. Mientras hablaba con Jorge, si hubieramos ido más tarde habría nacido en el taxi. Nos dijo Marta que lo habiamos hecho muy bien, nos felicitó. Realmente habiamos llegado con el trabajo hecho de casa y Jorge había sido de mucha ayuda mantiendome relajada mientras estaba en casa. En casa pude estar activa, ducharme, cambiar de posición y moverme como quería, cosa que en el hospital no habría podido hacer.

 Pasamos a la sala de despertar y allí me curaron y me pusieron a la niña a tomar el pecho, pero Elisa estaba a lo suyo y quería mirarme y reconocer mi rostro.

Algunas críticas que puedo hacer, ahora que ha pasado el momento:

Pensé en hacer un plan de parto, imaginando que algunas cosas que yo quería no se respetarían pero finalmente no lo hice.
- La administración de medicamentos para acelerar el parto y la rotura de la bolsa sin ni siquiera preguntar.
- Que no dejaran pasar a mi pareja desde el primer momento. Entiendo que es menos molesto para el personal que esté la paciente sola. Tambien he de decir que quienes me asistieron al parto y sobre todo Marta, mi matrona, fueron muy agradables conmigo, me ayudaron en todo momento y no hubo un mal gesto ni una palabra brusca.



Creo que deben tratar el parto como un proceso biológico normal, no somos enfermas y cada parto tiene su tiempo y su momento. Las mujeres estamos programadas para dar a luz a nuestros bebes y poder soportar el dolor. Creo que en mi caso, hizo mucho más como anestesico las manos de mi pareja masajeandome y las palabras suaves de mi matrona cuando me ponían la epidural ayudandome a mantener la postura, y las respiraciones y mi propia concentración y mi pensamiento de que todo iba a salir bien.

He de decir tambien que el personal cuando ya estabamos en planta y durante los 2 días y medio que pasamos fue excepcional. El trato personal se puede calificar de 10, estuvimos super bien atendidas y cuidadas, con mucha amabilidad y cariño.



Esta es mi experiencia, la verdad es que mucho más positiva que todas las historias que me habían contado hasta ahora.

viernes, 19 de agosto de 2011

Qué hacer cuando el mundo se pone en tu contra

A veces que pienso que vivo en un mundo paralelo, y no estoy hablando como Neo en Matrix.

La gente que me conoce pensará que no es cierto, que generalmente en mi vida he seguido el orden establecido para cada acontecimiento, aunque en muchas ocasiones me haya sentido fuera de lugar.

Nunca me ha gustado seguir el patrón que marca nuestra sociedad en algunos aspectos y creo que deberíamos empezar a ser más tolerantes en general porque cada uno somos totalmente diferentes que no opuestos y por lo tanto deberíamos ser más respetuosos con las opciones de vida de otras personas.

En esta época de cambios la mayoría de los jóvenes aspiramos a tener una vivienda nuestra nos conformamos, por lo menos en mi caso, a alquilar un piso en el cual comenzar un proyecto de futuro.
Mientras todo el mundo me decía que no lo hiciera, que porque no esperaba un poco más para hipotecarme en un piso que no terminaría de pagar yo si no mis nietos...., que esa decisión era como si quemara el dinero, un sin fin de opiniones que me  reafirmaron en mi decisióno.

Exacto!!! Mi decisión. Algo que puede ser tan obvio pero a la vez es lo más importante, que era MI decisión y que si me equivocaba era MI problema.

Nada parecido me sucedió cuando elegí mis estudios, nadie me discutió si tenían o no salidas profesionales, si me servirían en el futuro, nada me predijo la CRISIS que iba a vivir este país, no?

Pero lo que menos esperaba es que alguien pusiera en duda o tuviera el derecho a opinar sobre si debía o no tener hijos antes de los 30 y MÁS sin estar casada.
La pena es cuando esto viene de tu entorno más cercano. Cuando te cuestionan si vas a poder mantener a un hijo, si vas a poder darle una cuna o no (sí lo que acabas de leer), y muchas cosas más que cada día que las recuerdo me duelen todavía.

Ahora que Elisa está aquí a mi lado, lo que se pone en duda son las recomendaciones que me dieron en el propio hospital sobre como bañarla, sobre como es su habitación, etc.
La verdad es que es triste tener que estar justificandose continuamente. Hace mucho tiempo que opté por evitar dar mi opinión delante de las personas con las que no tengo total y plena confianza.

Qué hacer cuando el mundo se pone en tu contra...Nada, porque llegue a la conclusión de las personas que forman parte de mi mundo, Mis amigos, Mi familia, son ellos los únicos con los que me permito discutir.

domingo, 24 de julio de 2011

Cuando supe que estaba embarazada

Siempre pensé que sería madre joven. Y quería serlo.
Ha pasado mucho tiempo desde que supe que estaba embarazada y recuerdo cada una de las semanas que han pasado desde entonces.


Acababamos de independizarnos, alquilamos un piso e hicimos la mudanza despues de las vacaciones de julio. El mes de agosto fue como una luna de miel; llegó septiembre y parecía que todo iba sobre ruedas, tanto es así que no imaginamos que el día que volvíamos de una escapada de fin de semana ibamos a tener un leve accidente con el coche. Todo quedó en un susto, pero parecía que nuestra suerte había empezado a cambiar para mal.

En cuestión de dos semanas, mi novio pasó de recibir una oferta de trabajo muy buena a la cola del paro. El mismo día que nos instalaban el dormitorio apareció en casa con la carta de despido. Ahí empezaron todos los problemas.

Comenzó el mes de octubre, pasó mi cumpleaños y ni siquiera tenía ganas para celebrarlo. El cansancio, las nauseas, el sueño se apoderaron de mi cuerpo. Trabajaba por las mañanas y pasaba las tardes durmiendo.



Por fin, me hice la prueba de embarazo y el resultado en la consulta médica, era ya definitivo, estaba embarazada. Al menos, un buena noticia. Pero pensaba en todos los problemas que teniamos y en ese momento, no le dí la intensidad que requería la noticia. Estaba como contenida, en lugar de sentirme eufórica.

Por un tiempo me sentí extraña, solo dos personas sabían la noticia, pero necesitaba saber que todo estaba bien. No fue hasta las primeras pruebas y sobre todo, ante la primera ecografía cuando me dí cuenta de lo feliz que me sentía.
Creo que nunca antes había sentido esa emoción, aún así extrañamente seguía contenida.

Sólo me sentí realmente emocionada por primera vez cuando ví la expresión de mi padre cuando se enteró de que iba a ser abuelo. Fue una tarde realmente emotiva.

Mi novio cambió de trabajo varias veces a lo largo de todo el embarazo y yo continuaba en mi trabajo aunque mi mente estaba situada en otro lugar. Reconozco que fueron unos meses demasiados intensos, muy dificiles.
Demasiado estres acumulado que ahora aflora en cualquier momento.

Solo puedo aconsejar a todas aquellas que ahora mismo esteis embarazadas, que a pesar de  todo, de cualquier circunstancia por la que esteis pasando en este momento tan maravilloso, sigais pensando en vuestro bebe, en como se mueve, en como va a ser vuestra vida cuando nazca, en las cosas que van a suceder a partir de ese instante. No dejeis que nadie cambie lo que sentis, ni que nada os amargue el dulce momento que estais viviendo.

lunes, 23 de mayo de 2011

Menos de 1 mes



Nos queda un mes para poder verte, cariño.

No sabes cuanto llevamos esperando este momento. A pesar de quien decía que no teníamos dinero para una cuna, casi todo está preparado para recibirte.
Sabras pronto lo inmensamente felices que nos haces con tu llegada.

Estos meses han sido únicos. Dificiles pero hemos logrado llegar hasta este momento.

martes, 8 de febrero de 2011

Primera carta



Hoy es 8 de febrero, un día que debería ser tan especial o más que el primero que puede verte.
Es una foto en blanco y negro que conservo y que guardo con la esperanza de que sea la primera de muchas otras.
Te esperamos con ganas e ilusión y aunque a veces me oigas llorar, piensa que llora de emoción por verte sonreir por primera vez.

Algun día entenderás que las cosas en este momento no están siendo fáciles pero intentamos hacer lo máximo posible porque lo sean.

Poco a poco vas creciendo dentro y ahora más que nunca estoy controlando todas esas emociones, enfocadas a tu bienestar.

Hoy seguramente volverás a estar dormidito, no sabes cuantas veces recuerdo el primer instante cuando vi tu cara en el monitor. Aquella pantalla que mostraba lo cerca que estás de nosotros.

Hay muchas cosas que deseo contarte, todavía es pronto.
Vayamos a dormir, que se hace tarde.

Conciliación Real Ya